Vecinos de Burgos: como pregonero vuestro que soy os debo un pregón, y ese pregón que os debo os lo voy a pagar"
"Como pregonero vuestro que soy...voy a ser breve".
Pregón:
Soy payaso. Tengo el honor de pertenecer a un colectivo que tiene una denominación que se utiliza como insulto. Recuerdo un día que paseando por el Espolón, un niño me reconoció y señalándome con el dedo le dijo a su padre: papá mira un payaso!!! El niño se quedó un poco traspuesto cuando el padre le reprendió al instante como si me hubiera faltado el respeto. Aunque más traspuesto se quedó el padre cuando le dije que payaso en este caso no era un insulto sino mi profesión.
Las cosas a veces, como en carnaval, no son lo que parecen.
Estas fiestas nos permiten dar rienda suelta a la imaginación, librarnos de ataduras, fantasear, sacar el payaso que todos llevamos dentro. Podemos evadirnos del personaje que hemos creado en nuestra vida o del papel que la sociedad nos impone.
Porque los carnavales como la vida son puro teatro.
Por eso, si durante estos días descubrís que os gusta interpretar y que los demás interpreten un papel distinto, yo os recomiendo que extendáis ese disfrute al resto del año y que vayáis al teatro, que es el único arte que no se puede piratear, que es en vivo y en directo. Y que asistáis a los talleres abiertos al público del centro de creación escénica la Parrala, donde están todas las compañías de teatro profesional y aficionado de Burgos, más de 25. Y si os gusta la experiencia podéis daros una oportunidad en el mundo del espectáculo y formaros como actores y actrices en la Escuela Municipal de Teatro.
El carnaval es el tiempo de la irreverencia, de la alegría, de la sátira, tiempo en el que nos permitimos reirnos un poco de nosotros mismos. Y esa risa no es sólo el mejor regalo que nos podemos hacer a nosotros mismos, es el mejor regalo que podemos dar. En tiempos de crisis la risa parece un artículo de lujo porque es impagable cuando todo va mal, pero por eso es tan necesaria.
Como miembro de la ONG Payasos sin Fronteras durante años he tenido el privilegio de llevar la esencia de este ambiente festivo: la risa, a los lugares del mundo que más lo necesitan: a países pobres o en guerra, a campos de refugiados, a zonas de exclusión o que han sufrido desastres naturales. Todas esas risas que recogemos, que traemos en la maleta las hacéis posibles vosotros, los burgaleses, cuando participáis en la "carpa del humor" en las fiestas de San Pedro o cuando recibimos el apoyo del ayuntamiento.
Por eso siento que mi denominación de origen es la mejor que se puede tener, la misma que la del mejor cordero, que la mejor morcilla, que la mejor catedral, que el mejor museo de la evolución humana o que la mejor candidatura a capital europea de la cultura 2016, porque soy burgalés.
Así que hagamos que las personas que están ahora en los carnavales de Cádiz, Venecia o de Río de Janeiro se arrepientan de no haber estado aquí con nosotros en Burgos. Seamos un ejemplo de convivencia en el que no haya cabida para los actos violentos.
Y para despedirme... "como pregonero vuestro que soy os debo una canción, y esa canción que os debo os lo voy a cantar..."
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