Ciudad de México.- Los salseros Adalberto Santiago, de Puerto Rico, y el cubano Issac Delgado, llegarán a México para reinaugurar un centro de espectáculos, el próximo 28 de mayo.
El intérprete del álbum "L.O.V.E." será la primera estrella en actuar en el renovado escenario del Premier, antes Wooda, mientras que Santiago, ex integrante de Fania All Stars, ofrecerá un derroche de música y talento por primera vez en México.
Junto a estas dos de las principales figuras de la salsa mundial, Orquesta Salsa México también participará de la velada en la reapertura, dirigida principalmente a los amantes del género.
Issac Felipe Delgado Ramírez nació en La Habana, Cuba, hijo de un sastre y una actriz y cantante. Comenzó con estudios de violonchelo a los 10 años, pero más tarde los abandonó para ingresar en la Escuela de Iniciación Deportiva y dedicarse a su otra gran pasión: el fútbol.
Al comenzar sus estudios universitarioD fue llamado por el eximio pianista Gonzalo Rubalcaba, para unirse a la banda Proyecto, en la que modernizaban la música popular cubana. Decidió estudiar técnica vocal con Mariana de Gonich e inscribirse en la Escuela de Música Ignacio Cervantes, para arrancar su carrera profesional en 1983.
En 1991 creó su propia banda y grabó el álbum "Dando la hora", bajo la dirección artística de Gonzalo Rubalcaba, a los que siguieron "Con ganas", "El Chévere de la Salsa" y "El Caballero del Son".
Viajó a Estados Unidos para actuar en el Festival de Salsa, en el Madison Square Garden de Nueva York, donde compartió escenario con personalidades como Celia Cruz, José Alberto "El Canario" y Grupo Niche.
En Nueva York grabó otro álbum, titulado "Otra Idea" y en 1997 participó en el festival Guerra de la Salsa con La India, Rey Ruiz y Tony Vega.
En tanto, Adalberto Santiago llegó a Nueva York en 1956 para trabajar como músico de planta junto a la orquesta de Chuito Vélez y sus Estrellas, en el club nocturno Panamerican Casino, atraídos por un contrato de trabajo de un año de duración.
"Ésa fue una de mis mejores experiencias, sobre todo porque tuve la dicha de acompañar a muchos artistas que iban a esos clubes los domingos, como Celia Cruz, Marco Antonio Muñiz y Daniel Santos. Ahí me nació la inquietud de cambiar la guitarra por el bajo, porque la orquesta necesitaba un sonido más grande", aseguró el vocalista.
Desde entonces se dio a conocer no sólo por su virtud interpretativa, sino por gozar de un estilo rítmico que hacía de sus presentaciones gratas experiencias visuales, en las que solía tocar el bajo, cantar y bailar de manera simultánea, gesta que años más tarde copió el venezolano Oscar D' León.
Tres años después de su arribo a la Ciudad de los Rascacielos, el director musical Ray Barretto lo invitó a su agrupación, se le acercó para que se integrara a su agrupación: "Barretto vino a verme porque los muchachos que tocaban con él me recomendaron.
“Le dijeron que había un muchacho que tocaba bajo y cantaba, y vino al Caborrojeño para ofrecerme que saliera de allí y me fuera con él; le contesté que no me gustaba quitarle el trabajo a nadie, pero me interesaba cambiar de público e ir a la calle".
Así nació una nueva etapa en la carrera artística del cantante, que se extendió por espacio de siete años y que podría considerarse como la consolidación de su espacio en la música.
Antes de convertirse en una figura de renombre junto a la agrupación de Ray Barretto, y mientras formaba parte de la agrupación de Chuito Vélez, el salsero participó junto a Willie Rodríguez y su Orquesta en una grabación homónima, en 1962, y en la que cantó temas como "Colorín, colorao", "El ritmo lo traigo yo", "Suéltate la lengua" y "Mozambique".
En 1966 figuró como vocalista en el disco "Boogaloo & guaguancó", grabado por la orquesta de Willie Rosario. También apareció en 1982 en el disco "Súper Apollo 47:50", con Roberto Roena y su Apollo Sound.
Entre otras producciones en colaboración, con figuras de la salsa, destaca la realizada junto a Larry Harlow, "Larry Harlow's Latin Legends Band", en 1998
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